SEGURIDAD CONTRA AGRIETAMIENTO POR CORROSIÓN BAJO ESFUERZOS EN ACTIVOS EN ENVEJECIMIENTO

Muchos operadores han descrito el SCC (Agrietamiento por Corrosión Bajo Esfuerzos) como la amenaza contra ductos más difícil de resolver debido a las incertidumbres de la ubicación, identificación, medición y predicción de velocidad de crecimiento de la grieta. Sin embargo, este problema puede ser particularmente desafiante si el agrietamiento está presente en varios sistemas de ductos y si está orientado de formal axial y circunferencial. Con un enfoque holístico a esta amenaza y un marco de elementos individuales pero integrados es posible gestionar adecuadamente esta amenaza.

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Los mecanismos de agrietamiento son complejos, no siempre se entienden bien y frecuentemente son difíciles de predecir. La morfología del agrietamiento ambiental es sumamente variable y existen muchas otras características presentes en el cuerpo del ducto y el área de la soldadura longitudinal que, aunque no es un agrietamiento ocasionado por factores ambientales, presenta indicios similares en el área de inspección. Estos retos hacen que sea difícil discernir de forma confiable los diferentes tipos de características basándose en una sola fuente de datos de inspección (probabilidad de identificación) y crea grandes incertidumbres en cuanto a cuál es la mejor forma de gestionar la futura integridad de un ducto bajo factores ambientales de agrietamiento.

Dado que no todas las partes del sistema, o incluso secciones de un mismo ducto, tendrán la misma susceptibilidad al SCC, es fundamental entender la amenaza antes de proponer una solución o plan para lidiar con este problema. Antes de definir una estrategia de control, los operadores deben responder preguntas como:

• ¿Con qué tipos de agrietamiento por factores ambientales estoy lidiando?

• ¿Cuáles son los factores contribuyentes principales y cómo interactúan dado el ambiente?

• ¿Dónde es más probable que ocurra el agrietamiento?

• ¿Puedo cuantificar el riesgo en términos de probabilidad y consecuencia para todo mi sistema y  priorizar?

Para poder tomar las decisiones correctas sobre la probabilidad de SCC, seleccionar las combinaciones de herramientas de inspección, la estrategia de evaluación de datos y definir las acciones correctivas, es crítico que se consideren varios factores para que se pueda desarrollar un plan que potencialmente combine inspecciones internas, evaluaciones directas, pruebas hidrológicas y evaluaciones de riesgo contra el agrietamiento por corrosión bajo esfuerzos.

Además de proporcionar herramientas de inspección de última generación, es fundamental que los proveedores completen el círculo apoyando a los operadores de principio a fin y garantizando soluciones fit-for-purpose para detectar y mitigar el SCC. El aspecto de la garantía se puede lograr mediante la implementación de un enfoque holístico basado en colaboraciones como el Marco de Control de Grietas (ver Figura 1).

Figura 1: Marco de Control de Grietas de ROSEN

El Marco de Control de Grietas ofrece una representación visual basada en nuestra experiencia con operadores a nivel mundial de los muchos elementos que deben conjugarse en una colaboración cercana entre el operador y el proveedor para lidiar de forma efectiva contra el SCC. Un proyecto normalmente consiste de tres fases:

Fase 1: Entender la amenaza. Esto significa involucrar a los expertos en la materia (SMEs, por sus siglas en inglés) de muchas disciplinas desde el principio. Dado que cada ducto o sección tiene sus propias características ambientales y físicas, es importante investigar toda la información disponible sobre el ducto y sus alrededores. Esto también significa que el proceso de análisis de datos ILI (inspección interna) tenga un alcance claro y una directriz para convertir los datos en la información necesaria con base en las características del ducto.

Fase 2: Cuantificar la amenaza. Con base en los resultados de la Fase 1, se efectúa la inspección ILI y se lleva a cabo la verificación de las características. Los SMEs apoyarán en los análisis, una evaluación detallada del riesgo y la priorización de las acciones necesarias.

Fase 3: Definir una estrategia para lidiar con la amenaza. En esta fase, el trabajo realizado anteriormente se consolida al transferir las acciones de mitigación hacia una planeación de mantenimiento y desarrollar una estrategia de gestión de activos para garantizar operaciones futuras seguras.

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